El Peñasco. Milla 775. Phoenix, Arizona | | Nota 4
La recomendación de John, un amigo colombiano radicado en Phoenix nos llevo a El Peñasco, nombre del pueblo chihuahuense de donde proviene la familia de Mayela Vargas, dueña de este restaurante familiar que desde el año 2004 deleita con alimentos del norte de mexicano a una clientela mayoritariamente anglosajona.
Después de no haber probado alimento durante casi un día entero en mi afán por recuperarme de la batalla que sostuve con el six-pound burrito en Las Vegas (aventura que narraré en otra nota), decidí que lo mejor era consentir a mi estomago con uno de mis platillos favoritos para el almuerzo: la Machaca con huevo, platillooriginario de las desérticas tierras de norte mexicano. Su ingrediente principal es la carne seca de res, tradicionalmente machacada con una piedra, mezclada con huevo, cebolla, jitomate y chile, acompañada de frijoles molidos y tortillas de harina.
Machaca con huevo |
|
Al desbarrancarme por las cumbres de mi platillo me percate de que la carne no era seca, sino que por el contrario, sus jugos se exprimían en cada mordida que daba a mis tacos hechos con tortillas de harina triangulares. Si triangulares! no redondas. No estoy seguro si las cortan así para coordinarlas con la geometría de los nachos amarillos y rojos que nos ofrecieron mientras esperábamos nuestros platillos, para ahorrar en insumos o por mera ocurrencia. Lo cierto es que nunca antes me habían ofrecido una tortilla triangular.
|
Nachos rojos y tortillas triangulares |
Tanto triangulo y tonalidades rojas me recordaron parte de la estética de las vasijas, el paisaje y otros elementos de la cultura material de los grupos indígenas aridoamericanos que han poblado las tierras del norte mexicano y del suroeste estadounidense desde tiempos inmemorables. Llama la atención que desde mediados del siglo XX la estética del paisaje y la cultura material áridoamericana se haya comenzado a utilizar en la comercialización del concepto Tex-Mex y que en este proceso se haya fusionado los cawboys anglosajones que con sus armas de hierro apabullaron a los apaches del viejo oeste. Los héroes y bandidos de la revolución mexicana también son iconos recurrentes del imaginario mexicano comercializado en el que se mezclan imágenes de culturas ancestrales, empresas coloniales y luchas revolucionarias. Con el tiempo, la estética que acompaña a la comida Tex-mex y mexicana alrededor del mundo, fue sumando algunos personajes que adquirieron fama global gracias a la expansión de los medios de comunicación; Frida, Cantinflas, mariachis, aztecas, catrinas, mayas y personajes de la lucha libre mexicana, ahora comparten mesa con Villa, Zapata, sheriffes y apaches en los restaurantes mexicanos alrededor del mundo.
|
Interior restaurante El Peñasco |
|
Se dice que como alimento, el Machacado de venado era consumido desde tiempos prehispánicos gracias a su gran capacidad de conservación, pero no fue sino hasta 1928 cuando el municipio de Cienega de Flores, del estado de Nuevo León vio nacer este platillo en la hacienda de la "tía Lencha". La historia cuenta que cuando los constructores de la carretera libre a Laredo se hartaron de comer solo carne seca, le pidieron a la tía Lencha que la cocinara en otra presentación; la mezcla de carne seca, manteca, chile, tomate, cebolla y huevo, dieron como resultado el Machacado. La historia popular no especifica de donde provenían los constructores de la carretera, pero lo que resulta relevante es que el hartazgo de foráneos promovió que un alimento ancestral fuera fusionado con otros ingredientes impulsando una innovación culinaria que se convertiría en distintiva del norte mexicano. Lo que no deja de llamar mi atención es porque la machaca que me ofrecieron en El Peñasco no era seca, sino jugosa, lo que en sabor, apariencia y textura se asemejaba más a La ropa vieja del suroeste mexicano.
|
|
Mini Chimis |
Nataly, amiga de raíces puertorriqueñas que nos acompaño en el desayuno norteño, se decidió por las Mini Chimis. Estas eran una versión diminuta de las Chimichangas, alimento que se hizo famoso entre mi familia cuando Natan, estadounidense originario de Ohio, llego a vivir a casa de mis padres por medio de un programa de intercambio. En algún momento de su estancia Natan decidió hacerse de la compañía de un gato al cuál llamo Chimichanga, asegurando que este no solo era un platillo mexicano, sino que además era su favorito. Mi familia siempre fue escéptica sobre la existencia de un platillo mexicano con esas característica y para su sorpresa de Natan, durante su paso por el centro y el sur de México nunca encontró donde saborear sus preciadas Chimichangas, pero el ronronear de su gato se las recordaban insistentemente.
|
Mayela y su esposo |
|
Según cuenta Mayela, en la actualidad sólo radican dos o tres familias en el Peñasco chihuahuense. Sin embargo, El Peñasco de Arizona lucha contra su olvido:
“Toda mi familia vivió ahí en el pueblito de años atrás, ya a horita casi no existe nadie allí en ese pueblito, por eso para que no se olvide pues mejor sacarlo adelante con el restaurante” Mayela Vargas, 2009
Sin saberlo, desde 1995 cientos de kilómetros al norte, los consumidores del Peñasco estadounidenses alimentan la memoria colectiva de un pueblo fantasma que corre una suerte similar a la de aquellos pueblos de Arizona que han vuelto a la vida sólo tras haber comercializado con su muerte; los cawboys, sheriffes y apaches del viejo oeste, ahora son consumidos por viajeros en busca de pasados inmutables que los ayuden a lidiar con su moderna cotidianidad.
|
|
|
